martes, 1 de febrero de 2011

El hombre que no sabe amar


Camino abajo en una poco lustrosa esquina
Vive un hombre que reniega de la vida
Siempre marchitas terminan sus flores,
sólo en sus sueños las sabe ayudar florecer.

El hombre que no sabe amar, allí vive,
En una habitación polvorienta y por el tiempo magullada,
Que testigo de las desdichas del desgraciado
Ve cómo sus cuatro paredes parecen sonreír más que él

Cree él amar, y cree haber amado, pobre infeliz,
Pues sus palabras y consuelos jamás han sido elixir de felicidad,
No para quienes tuvieron la DESGRACIA de compartir su lecho,
Tonto, ingenuo, aburrido arlequín, sólo él mismo se sabe ver valioso.

Primaveras, inviernos y otoños le llegaron,
Más a todos ellos vio él cómo le abandonaban.
El hombre que no sabe amar, regala espinos y pinchos,
Con la misma entrega cual si fueran caramelos color rosa.

Incertidumbres apretujan su gélido ser,
Los miedos se convirtieron en repugnante,
Y aún incluso tuviera siquiera un encanto,
Jamás a un corazón podría saber arrebatar.

Vil hombre, descarriado y degenerado,
Arrancas los pistilos de tus más preciadas flores,
Sin anunciar el dolor que en ellas puedas acarrear,
Tus caricias son rasguños. Puto estúpido…ves que no entiendes.

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