miércoles, 29 de diciembre de 2010

Cumpleaños

Sonata de cómo se mueren los números
(Pseudopoema de un aficionado)

¿Por qué danzan las cifras moribundas en torno a mí? Cual panteón fuere.
Ya es demasiada presión que siento por sus extraños alaridos inmundos,
No sé cuantas cifras deben perecer desde ahora, ya he perdido hasta la cuenta,
Son finitas en cantidad, infinita es su insistencia al comprometerme.
Mañana cuando se haya marchito todas, entonarán una melodía por mí,
Por los números que se me mueren, por el tiempo que ya no viviré.


Cual galopada violenta y maliciosa, entre magulladuras y asesinatos inmediatos,
Siento cómo a corceles indómitos mis sueños carcomiéndose con el inclemente tiempo .
En mi regazo sostengo un cálido abrazo ficticio que añora las tumbas al amanecer,
Malditos aquellos que iluminaron los soplidos de Cronos con símbolos a ignotos.
Aquella hipotética y añorada poca sapiencia me serviría al menos de consuelo
Para no recordar que mis sueños de besos, caricias y abrazos se mueren más a cada salida del alba.


La noche turbia inunda la luz que por los pañosos ventanales de mi conciencia ingresa,
Líquidas memorias se derraman por el lecho final de mis momentos diurnos,
Siempre aclaman la extraviada presencia de su aroma; mi flor…hecha carne,
Aquella flor que no me pertenece, sino que es hija de la sonrisa del viento.
Las cobijas danzan eufóricas anunciando a un ausente espectador lo que sucede dentro,
Y la pobre seda que soporta a mis libidos sueños imagina presente tus suaves pistilos entre los míos.


Cada parpadeo suyo es cómo la nieve, lienzo ausente de memorias y pensamiento,
Porque me los figuro y su muerte no puedo rozar, la pobre vida de su contemplar.
¡Venus hermosa! ¿Cuando saborearé y me perderé en su cascada divina?
¿Cuándo guiarán las ráfagas de aquel hálito de aguas mi gusto sobre su piel?
Agudas melodías entonaran tus sollozos cuando mis rocíos inunden su blancura de flor de lirio.


-Despierto, trémulo, en medio del inagotable triste jadeo de los grillos-


El éxtasis de mis deseos me había acorazado de la opaca lucidez que brinda la realidad,
Agitados espasmos en mi pecho derriten ya las llamas dentro de mi cuerpo,
El fulgor ya se calcinó, se extinguió, calmado ya mi ser, se reprime retorciéndose
El frío hielo del pasar de las cifras, cual grabadas en piedra, se presentan al rojo vivo, Cómo recién forjadas, en medio de mi oscurecido horizonte,
Su incandescente brillo dorado colma incómodamente mis sentidos, quiero volver a dejar de existir de nuevo.


Cada pálpito de mi corazón es un momento muerto y otro que se alumbra sin esperanza,
¿Cuántos abortos ensoñados ha concebido mi mente?
¿Cuántos cada vez más asesinan las inclementes cifras que mueven el universo?
Cuando acurrucado dentro de mis propios pensamientos, internado en falsas vivencias,
Cómo brazos maternales de la misma Gaia, ya no creo en la realidad, ni en el tiempo.


En un par de mudas campanadas sonarán cánticos que me recuerden mi existencia,
Qué asco…
Más un gemido silencioso en lo más profundo de mi ser,
Sin advertirme de su procedencia, susurra, me recuerda las pocas cifras que me quedan,
¡Ya no más ensueños para ti!, ¡Ni épocas labradas sobre áridas tierras flaqueantes…!
El hálito del susurro mi vida, benévolo, continúa sin vacilar: “…Pues sólo cuatro inviernos te esperan y nada más.”

Poemas para el taller

(Poemas hechos como tarea, para el taller, a proposito de nuestros estudios sobre los poetas malditos. Mi única referencia hasta ahora es Arthur Rimbaud)

Dos abismos
(Poema a los senos de la mujer amada)


Dos abismos en tu ser contemplo,
Se hunden al revés violentamente.
Incineran añoranzas ocultas
De las más inocentes pupilas,
De los más perversos dientes.

Carmín, rosa, azul,
Así son las llamas de esta pasión,
Y las brasas se avivan al caer
Para despertar a quien busca tu guarida.
Ese que con aquella, entre aguas quiere jugar.

Dos abismos colosales,
La forma que deja ver luz que incide en ellos,
Asesina por mis ojos a mi niñez
Ríos de plata en su honor corren,
Debajo de un lecho humilde y caritativo.

Ríos de vida entre sus valles emanan
Entre los cuales alguna vez me deleite.
Gracias a ellos estoy vivo, abismos,
Antes esos eran tierra,
Hoy los tuyos caramelos.

Dos abismos se alzan en el infinito,
Un pilar acuoso quiere mecerse entre ellos.
Una ráfaga de electricidad recorre por mis venas
Cuando en el lienzo de mis sueños pinto aquella escena.

Tanto me abstraen los abismos de tu ser,
Que percibo incompletos parecen sentirse,
Tanto quisiera completarlos con incoloras cremas.
Tanta irrealidad a mi percepción parecen ¡Tanta divinidad!
Que aún sin ser abismos a mis deseos hunden en ellos.

Son abismos, por ser mi perdición
Asesino mariposas, perfumes y rosas por ellos.
Dos abismos cálidos, blandillos; son de fresa
Tan dulces como nuestra tristeza,
Tan amargos cómo nuestra alegría.





Surcos de Carmín

(Hecho a causa de un brote infeccioso surgido en mi piel ,
a causa de intoxicación por mayonesa hace unos dias)



La fosforescencia del lugar no cesa de jadear,
Claustrofóbicos sentimientos corren por sus venas.
El mundo ya no se dilucida a través de sus ojos,
Ahora sólo sodomía es lo que toma lugar en su carne
La henchida piel sollozante se desgarra por doquier,
Masoquistamente llora, gime y patalea de placer.

¡Y qué placer…y qué dolor a la vez! Es el cielo, y el infierno.
Sensaciones que le rememoran tan lujuriosas ambiciones
Toman lugar ahora en la frondosidad sensible del tacto,
Y este se hunde en perdición a merced de felinas acciones.
Retazos de calcio se incineran, rechinan y truenan
En el fulgor de aquel bacanal epidérmico.

¡Encendida Piel! En montañas minúsculas se salpican
Por latigazos inflingidos que dejan surcos de carmín
Hay pasión exacerbada en ellas, hay exceso
Lo casto y lo divino nada pueden reclamar ya
La razón inclemente abandonó a su títere indefenso
Y el instinto ahora reclama aquella putrefacta materia terrosa.

El enfermizo labrado es incesante a partir de entonces
Ya no hay marcha atrás, al pudor se le asesina otra vez
Pequeñas grietas asoman cándidamente en medio del deleite
Linfa hirviente, cual orgásmico orín emerge desde allí
La orgía termina, y el sufrimiento ya no es inminente, es realidad
Hasta que el cielo se harte para volver a ser de nuevo infierno.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Y volveremos y volveremos a nacer...

(Já, me veo de la mierda...)




No quiero separarme nunca de este presente tuyo
,Lo mejor que han podido darme la vida...ademas de tu existencia,
No quiero, pues cuando palpo el contorno de tus manos, realmente
Un fulgor nace en mi corazon, se alimenta al rozar en mi tu cálida piel...
Y siento que una parte de mi esta completa...
Lo estaremos cuando nuestras vidas sean una...

sábado, 25 de diciembre de 2010

Aquel verdor...


...que algún dia será testigo nuestro...
testigo de nuestra pasión.

"Vista del puerto de Veracruz"
Acrílico sobre lienzo 40x30 cm