viernes, 30 de julio de 2010

Hay una jirafa verde…




…Y sobre el tejado tocando el arpa está, melancólica por una parte, jovial por otra, su sentir se asemeja al cielo que decora sus días. Sin poder resistirse...deja que ojos ajenos acaricien violentamente su piel, deja que aquellos rasguen su alma. Sus melodías...hablan por ella, en un mundo donde nadie parece saber escucharla…

Ésta pintura somos tu y yo, y todo lo que en ella hay, en ambos vive. Un mundo imposible para muchos, sólo realizable para nuestros corazones, sólo, para nosotros dos.
Todo lo que alguna vez fuimos, todo lo que pasamos, todo lo que somos, hasta ahora; nuestras risas, nuestras penas, nuestras horas, nuestras peleas, nuestros miedos, nuestros sueños, nuestras memorias…todo vivo aquí está, y vivo por siempre, en el lienzo se quedará.

Intenté plasmar, cómo mejor sé hacer: no con letras, sino con colores, aquí, toda nuestra historia, toda, desde aquel lejano nueve de Octubre, memorable día aquel, en que por primera vez saboreé, al dulce de tus acarameladas letras.

¡Expresividad!…bendición de algunos, maldición de otros al no poseerla. Aunque sé…que ni la más majestuosa de las composiciones, ni el más hermoso de los sonetos, ni la más grandiosa pintura…bastarían para expresar, todo lo que por ti siento, cada pincelazo, cada color…gustosos se dejan caer al infinito de tu contemplar, intentando cómo poesía, poder a tus distantes pupilas alcanzar. Cada colorido “verso” te intenta hablar… susurran estruendosamente a tu alma ¿Les oyes? Por favor, dime que sí… pues intentan hacerte recordar, lo mucho que a ti te quiero…

Y si alguna vez…no me terminas de comprender, ignora el eco que deja mi muda voz en tu figurar…Hazla callar. Deja que los colores hablen por mí… así cómo dejas tú, a tus sordas melodías hacerlo por ti…que sirven de voz, cuando hay…cuando hay una jirafa verde sobre el tejado tocando el arpa…

miércoles, 7 de julio de 2010

Mañanas grises...

...Mis letras son pesadas...cansadas...

Me gustan las mañanas grises…tan melancólicas, frías y nubladas. Nubosidad terrenal que ciega la vista y el alma. Cielo muerto e incoloro que intensifica las penas, y rememora tiempos desagradables, muy característico de la matutina limeña. Sensaciones de júbilo y aflicción se combinan en una agridulce enmarañada de sensaciones que inundan el espíritu y que te hace compañía a lo largo del día. Los verdes parques gritan silenciosamente sus memorias, hacen eco en el inconsciente colectivo, describiendo la minúscula esperanza de la futura calidez primaveral, más todos las ignoran, tan arraigados a su mundana realidad están, que se dejan doblegar por ficticios números y plásticas letras impresas.

Tantas personas pululando van por las calles, yo soy una de ellas; aunque contra la corriente nado, inconcebible es siquiera pensar en quebrantar su tempestiva voluntad.
En fantasmagóricas figuras se torna mi exhalar, que intento contener cómo protegiendo mi ya de por sí, frío corazón.

Me encantan porque, más que nada, a pesar de que la soledad sea mi única confidente, y que el gris inunde mi habitación, las memorias que tengo con Ella toman la forma de mi alegría y me imagino cómo sus letras hacen minúsculo todo suplicio humano, y lo afortunado que serían todos si pudieran tener siquiera un poco del deleite que siento cuando recuerdo...que Ella existe.

Apañar destructivos pensamientos logra su presencia, y nunca importará cuán hórrido pudo haber sido mi día, sólo el anhelo y ansias de su calidez alivian cualquier pesar, pesares que se evaporan cuando sé que al menos existo para aquella persona en el mundo, y no pediría más…no ,más que perderme en los finos trazos que dibujan sus cabellos en el aire, sombría sedosidad que desearía palpar...éxtasis imaginativa que alcanza mi ya cansado figurar,...sólo para descubrir nuevamente que no encontraré mejor lecho de muerte y vida que el que su cálido vientre me puede brindar, diáfana ventana a las entrañas de su alma...quisiera encontrar cobijo allí, inundarme en aquellas y nunca más salir al exterior, necesito su calidez, sólo necesito la suya...aquí todo es frío y mundano, bríndame tu alivio… la calma…calma para este trastornado…que sólo allí podría encontrar...

Deja que el gris de las mañanas inunde…tus ojos, no contrarrestes el mal que a ellos afligen ¡No! No quiero que vívidamente contemples cómo me mato una y otra vez con pensamientos y palabras, que cómo dagas caen punzantes hacia mi pecho, desgarrándome placenteramente el alma y el corazón...palabras que me arrancan los cabellos, rasgan mi piel, triturándome la razón van...y yo las dejo, pues el deseo de privar del alma a mi cuerpo desborda los tentativos límites míos , sí... privarla de ella y dejarla en el olvido, y sólo ser...esencia.





Pero a aquellas...mañanas también las odio y las aborrezco con toda el alma… porque me recuerdan lo poco que puedo llegar a ser, la poca mierda que a veces creo que puedo llegar a valer y el vacío que aunque quisiera no puedo llenar, y aquel no me pertenece… Carcomiéndome el alma va aquel dolor que a ella también aflige, y lo transformo en mío, porque alivio no le puedo dar, no cómo ella me lo sabe dar… ¿Para qué entonces yo…? Talvez toda una vida podría pasármela intentando, en vano.

¡Que ya no me inunde el sueño!, ¿Qué no sé ver que sólo es un irreal escape?, no será más real…no más que esto. Y sabiendo lo que ahora sé no sólo serán grises las mañanas, también los días que vengan, y me inundaré en su monocromática existencia sólo para recordar de nuevo una vez más, lo insensato que puedo ser. Pues eso fui, al no saber ver el sufrimiento en el que tu alma se sumía. No lo vi…al creer que daba suficiente, ahora sé que posiblemente nada de mí, sea suficiente.

Sufres mucho…lo plasmas así en la inexistente hoja, amargas lágrimas, pero secas ya se dejan exhibir en los apagados píxeles, y aquello…me llena de pesar, pesar de no poder hacer nada, de no poder ser o tener lo que en ella encontrabas. Sólo hubiese querido que aunque amarga era la verdad que se dejaba exponer, haberlo percibido antes…o haberla palpado húmeda desde tus letras ¿Qué…es lo que quieres hacer? ¿Qué quieres? ¿A quién…? Algo debes de querer decir...algo, aquel grito interno que todos tenemos...

¿Qué debería hacer...? Quisiera tu felicidad… aunque ésta conmigo talvez...no la puedas encontrar, encontrarla contigo aunque sea en otro lugar. Me sigo aferrando… talvez entonces sólo mi egoísmo será el único reflejo de aquello a lo que alguna vez aferrarme quise…así cómo el moribundo se aferra al único pedazo de vida que le queda por vivir y sabe que luego de aquello nada más importará, pues nada le podrá importar ya. A veces siento que soy una carga, de aquellas que al llevarlas encima te dificultan el tomar aliento...y que toda las malas experiencias junto con mi ser se arremeten precipitadamente a causarte más pesar, no quisiera ser una carga con la que tengas que lidiar, no…para ti, si fuera yo eso, me aborrecería aún más por sólo tornarme incomodidad cuando en tu mente me figuras. Si lo llego a ser, házmelo saber…

Talvez las rimas...traigan más verdades de las que yo quisiera ser consciente, pero aunque con amargura las digiera, luego me dejan ver las cosas de una manera tan límpida y tan clara… que me iluminan con la más sombría y oscura de las certezas.
Siento tanto...que muerta ya te sientas, aún estando viva en mí… ¿Aún importa lo que viva en mí? ¿O simplemente das por muerto todo a lo que no aparento saber dar vida?... No lo sé, pero sé…que en ella, aún vida también eres. Estoy seguro, jamás dejarías de serlo, cuando alguien ilumina con vida…sabes que nunca se irá aunque ausente. A veces desearía tuvieras su presencia, para que con ella pudieras llenar tu alma… ¿Debería seguir alimentando entonces la esperanza de algún día poder siquiera asomarme a la lejana e hipotética realidad de llenarte? Si en ti aquella verdad a encontrado confortable cobijo, debes ser tú quién deba tener piedad de mí…con tu sinceridad.

Mi alma grita sollozante en silencio, aquejándose mediante el pobre expresar, y éste corazón de hielo se anda derritiendo. Derretido corazón… ¿Por qué no te quedaste tan compacto como ayer? ¡Gélido! Insensible desearía ser…si insensibilidad logré hacia los pensamientos de otros… ¿Por qué no, con los míos?

Incompletas frases, que nada dicen, sólo de mi ser logran concebirse y se asemejan a mi entrecortado hablar, que balbuceando intentan ingresar en ti y causar algo…sin importar qué, mero intento de intentar hacer vibrar tus oídos con mi pobre y nasal hablar, voces que se pierden en el viento y letras que se perderán en el olvido. Ninguna obra de arte podría perdurar, sólo están vivas mientras su creador vivo se sienta con ellas… Al final nuevamente soy consciente de que nada digo y posiblemente sólo un aquejado de mierda siga siendo…y seguiré , ya nada ni nadie quisiera yo conmigo, porque la consciencia se place aturdiéndome con sus estruendosos alaridos, haciéndome recordar que nada ni nadie querrían tampoco conmigo estar, al igual cómo me recuerda lo que caminando por éste precario sendero ,al que algunos llaman vida, he aprendido yo, que no debo buscar más, ni aspirar a más, sólo el aferrarme al desagradable abrazo, insoslayable aquel...que únicamente me sabe brindar éste padecimiento que siento yo, que únicamente es realidad para mí, por mi culpa. ¿Qué mierda soy entonces? Nada valgo yo, ni nada de mí tampoco, no con aquel padecimiento que sabe hundirme y me hace hundir a otros…sólo en mi puta ingenuidad, así lo creí.

Sólo quisiera…encuentres aquello que aquel vacío pueda llenar, realmente lo quisiera así, aun si deba aceptar con dolor, que en el gris de mis mañanas, talvez nunca lo puedas hallar…